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Cómo ligar por internet y el microcheating

En la era digital, las redes sociales han transformado profundamente la manera en que las personas nos relacionamos y establecemos conexiones sentimentales. Desde la aparición de plataformas dedicadas exclusivamente a citas en línea hasta la integración de funciones de mensajería y perfiles en aplicaciones sociales, el mundo virtual se ha convertido en un espacio primordial para conocer nuevas personas. Sin embargo, junto con estas oportunidades, han surgido nuevos desafíos en las relaciones de pareja, como el fenómeno del microcheating (o pequeño engaño).

El auge de las redes sociales como herramientas para ligar

En España, más de un tercio de la población (37%) utiliza las redes sociales con el propósito de conocer gente y establecer relaciones amorosas. Instagram se posiciona como la plataforma principal, empleada por el 53% de los usuarios para este objetivo. Le siguen, muy a mi sorprender, Facebook con un 28% y TikTok con un 16%. Por edades, Instagram y TikTok dominan entre los más jóvenes, mientras que Facebook es más popular en grupos de mayor edad. Algo que se asemeja y mucho al uso cotidiano de las mismas.

En cuanto a aplicaciones de citas, Tinder lidera con una penetración del 65%, seguida de Badoo (31%) y Meetic (21%). Estos datos reflejan una tendencia creciente en la búsqueda de pareja a través de plataformas digitales, que ya no se limitan a los sitios de citas tradicionales.

Además, muchas de estas interacciones ya no se perciben como algo necesariamente clandestino o especial. Dar un “like” a una foto, reaccionar a una historia o incluso iniciar una conversación trivial puede abrir la puerta a nuevas conexiones que, aunque aparentemente inofensivas, pueden adquirir un tono íntimo con el tiempo. En muchos casos, la línea entre la amistad y el coqueteo digital es cada vez más difusa.

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El fenómeno del «microcheating» en las relaciones modernas

Paralelamente, la integración de las redes sociales en la vida cotidiana ha dado origen al concepto de microcheating o “microengaño”. Este término describe comportamientos que, aunque no implican una infidelidad física o emocional completa, pueden ser percibidos como una transgresión en una relación de pareja. Acciones como dar «me gusta» a fotos de una persona atractiva, mantener conversaciones íntimas en línea o compartir detalles personales con alguien fuera de la relación principal caen dentro de esta categoría.

Se puede definir el microcheating como cualquier comportamiento fuera de la relación principal que no se compartiría abiertamente con la pareja. Aunque estas acciones puedan parecer inofensivas o incluso justificables como simples gestos de cortesía, pueden erosionar la confianza y la intimidad en la relación. La clave está, más que en la acción en sí, en la intención que hay detrás y en el nivel de ocultamiento con el que se lleva a cabo.

La influencia del teletrabajo y la constante conectividad digital

La adopción masiva del teletrabajo y la constante conectividad digital han amplificado las oportunidades para que ocurran estos microengaños. La posibilidad de interactuar en línea durante todo el día, sin las restricciones de un entorno laboral físico, ha facilitado que las personas mantengan conversaciones frecuentes con terceros, a menudo sin que sus parejas lo sepan. Hay profesionales de la psicología que señalan, de forma muy acertada, que el entorno del teletrabajo ha reducido el riesgo percibido de estas interacciones, ya que es más fácil ocultar las actividades en línea.

En este contexto, el uso del móvil o el ordenador personal para gestionar tanto asuntos laborales como personales ha difuminado aún más los límites entre lo profesional y lo privado. Muchas personas afirman que no están “haciendo nada malo” cuando responden un mensaje coqueto o mantienen una conversación ambigua, pero lo cierto es que esa ambigüedad, repetida en el tiempo, puede acabar generando malestar o desconfianza en la pareja.

Percepciones y límites en las relaciones digitales

La percepción del microcheating varía según las expectativas y acuerdos establecidos en cada relación. Mientras que algunas parejas pueden considerar inofensivas ciertas interacciones en línea, otras pueden interpretarlas como una violación de la confianza. La clave radica en la comunicación abierta y honesta sobre los límites y expectativas digitales dentro de la relación.

@psicologiaonthego

Lo que cuenta es la intención. Que tu pareja le de like a personas random en redes sociales, no quiere decir que te engañe. Ahora, si esa conducta es sistemática y siempre a la misma persona o a personas con las que tuvo algún tipo de historia, puede que haya dobles intenciones. ¿Like = infidelidad? #psicologiaonthego #pareja #relaciones #amorsano #desarrollopersonal♬ sonido original – Expertos en Infidelidad

Debemos discutir, dialogar y establecer qué comportamientos son aceptables y cuáles no en el ámbito digital. No se trata de imponer reglas estrictas, sino de crear un espacio de confianza donde ambas partes se sientan cómodas expresando sus límites. Este tipo de conversaciones pueden prevenir conflictos y ayudar a fortalecer la relación.

Hacia una redefinición de la fidelidad en la era digital

La evolución de las tecnologías y las plataformas sociales exige una reflexión sobre cómo definimos y entendemos la fidelidad en las relaciones modernas. Lo que antes se consideraba una transgresión clara, como una aventura física, ahora puede manifestarse a través de interacciones digitales sutiles pero significativas. Este cambio requiere que las parejas negocien y redefinan continuamente sus límites y expectativas en un mundo digital en constante cambio.

Además, conviene recordar que las redes sociales no son el problema en sí. De hecho, pueden ser herramientas positivas para compartir momentos, mantener el contacto con seres queridos, conocer a nuevas personas e incluso fortalecer vínculos de pareja. El problema surge cuando se convierten en un espacio de escape, validación externa o búsqueda de atención fuera de la relación.

En conclusión, las redes sociales han transformado la manera en que nos relacionamos, ofreciendo nuevas oportunidades para conocer personas y establecer conexiones. Sin embargo, también han introducido complejidades adicionales en las relaciones de pareja, como el microcheating. Afrontar estos desafíos requiere una comunicación abierta, el establecimiento de límites claros y una reflexión continua sobre cómo las tecnologías digitales afectan nuestras interacciones personales y románticas. Entender y adaptarse a estas nuevas realidades es clave para construir relaciones sólidas, basadas en la confianza y la honestidad, en tiempos donde lo virtual forma parte inseparable de lo cotidiano.