El Coronavirus nos está dejando muchas cosas sobre las que reflexionar a nivel de comunicación.
En primer lugar, contaros que estoy impresionada con la cantidad de personas responsables que están tratando de evitar las fakenews, a pesar de que la situación no es nada agradable para nadie, existen algunos bulos pululando por ahí, sin embargo, cada vez somos más conscientes sobre qué es y qué no es una noticia falsa.
Estos días, una de las principales vías de comunicación son las nuevas tecnologías, que nos están permitiendo hacer vida social sin tener que salir de casa, aunque no sea lo mismo, si es una parte esencial, somos seres sociales y como tales necesitamos el contacto. Uno de los contenidos que más hemos visto hasta hoy en las redes sociales son los vídeos o las fotos de varias personas tomándose una cerveza a la vez o cantando el cumpleaños feliz.
También estamos teniendo un aluvión exagerado de memes, desde el que saca al perro y es un radiador, hasta el que monta una sesión en la terraza de su casa para amenizar la estancia a sus vecinos, pasando por cómo hacer ejercicio en casa.
En este último sentido, debemos recordar que todo lo que publiquemos estaremos dando, en cierto modo, pistas sobre cómo o dónde vivimos tanto a cotillas entretenidos como a posibles ladrones que estén haciendo un inventario con toda la información que les estamos dando.
Muchos servicios de pago están poniendo a disposición de la ciudadanía sus servicios de forma gratuita para que podamos pasar el tiempo que nos queda en nuestras casas de la mejor forma posible, desde revistas a contenido bajo demanda, pasando por aplicaciones colaborativas para poder hacer teletrabajo llegando a las webs con actividades para niños.
Ya hablamos hace unos días sobre cómo había afectado en China, con el incremento de la venta de tecnología, aquí el Gobierno decidió que uno de los negocios que podían permanecer abiertos eran las tiendas de componentes informáticos, y es que, no todo el mundo tiene por qué tener un ordenador o un dispositivo para poder trabajar desde sus casas. Por eso, muchas de las empresas que no tenían sistemas de teletrabajo, han dejado a los trabajadores llevarse los periféricos con los que suelen trabajar en una oficina.
Y es que, nos hemos dado cuenta de que no todo el mundo sabe mandar un mail o hacer gestiones a través de lo digital.
Aunque al principio parezca complicado, nos acabaremos involucrando y siendo capaces de obviar nuestra cultura presencial y adquirir una nueva metodología de trabajo.
Muchos, sobre todo en la educación, están adaptándose de forma muy rápida para dar soporte a los alumnos y a los padres de éstos. Aunque existen modelos muy diferentes.
Por ejemplo, los profesores del Colegio Público Montevil de Gijón, me comenta una de sus profesoras que, en su caso, el claustro se reunió para fijar unas actividades y que han creado una sección en la web con actividades diarias para sus alumnos.
Han creado un cronograma en el que les piden diferentes tipos de actividades, desde la lectura y respuesta de comprensión a trabajos de investigación para cada nivel de ensaña infantil. A mayores, han creado una sección en la página web en la que los padres pueden descargarse esos materiales y otras fichas con las que podrán ayudar a los más pequeños a hacer su día a día. Por otro lado, esta semana están probando la conexión entre todos los profesores para que la próxima puedan hacer la evaluación correspondiente y poder evaluar a los alumnos y para ello, la Consejería de Educación recomienda utilizar una de las herramientas que más está creciendo estos días y es Teams.
En cambio, otros docentes tienen que ir hasta los centros de educación para hacer desde allí las conexiones telemáticas con alumnos que están en sus casas, algunos me han contado que tienen que estar allí para esperar el turno en los ordenadores porque sólo pueden utilizar los de allí.
La brecha digital hoy queda expuesta de una forma muy evidente ya que o estás integrado con la tecnología en general o empieza a suponer un problema para muchas pequeñas empresas sobre todo, que carecen de plataformas seguras para teletrabajar y para muchos, el mail y el teléfono se han convertido en el mejor aliado.