Este año que acaba de empezar promete ser, como todos al principio, prometedor. Nuevas tecnologías, accesos a internet o dispositivos novedosos con los que conectarse, seguridad sobre la información personal o contenido para desarrollar…
¿Cómo nos conectaremos a internet?
Una de las cosas en las que se esperan grandes avances es la tecnología 5G, una conexión que permitirá tener un acceso más rápido, con mayor capacidad (más gente conectada a la vez) y será el primer paso real a las ciudades inteligentes, donde veremos edificios conectados a la red, coches autónomos o la realidad aumentada. Digo el primer paso real, porque actualmente la conexión 4G no es lo suficientemente consistente para albergar todo esto. Nos acercaremos cada vez más a Person of Interest, esa serie en la que se nutren de todas las cámaras para atrapar a delincuentes.
Sin embargo, de poco servirá esta tecnología si los principales fabricantes de dispositivos no actualizan las formas de conectarse, y aunque algunos ya se están poniendo las pilas en esta materia, actualizar todos va a suponer que tengamos que ahorrar un poquitín para ir a la par que la tecnología.
¿Quién será nuestro «contacto» en la red?
Desde el año pasado los asistentes de voz están ganando mucho terreno, Google Assistant, Siri, Cortana o Alexa son 4 ya bastante frecuentes en publicidad y en los hogares de cada uno. Nos permiten hacer preguntas que no siempre cuentan con la respuesta esperada, todavía tienen muchas actualizaciones por delante: gestión de la publicidad (y si la hay, ¿cuáles serán sus limites?) o la seguridad, que tantos escándalos ha provocado el año pasado con las escuchas de Alexa y sus interpretaciones.
Este contacto también podrán ser los chatbots, servicios de atención al cliente cada vez más automáticos y con las capacidades de conversación necesarias para dar una respuesta más o menos fluida al cliente que se ponga en contacto con alguna marca en la red.
¿Cómo practicaremos «deporte»?
El deporte electrónico, más conocido como, e-sports está ganando un montón de terreno, hay muchas personas que ya dedican sus horas de trabajo en este tipo de plataformas y al igual que un deportista de élite, se dedican profesionalmente a esto. No deja de ser un negocio que mueve mucho dinero, sponsors, deportistas, fans, ligas o, incluso, las apuestas (algo de lo que hablaremos la semana que viene, por cierto).
Aunque para el gran sumun de los deportes, el COI (comité olímpico internacional) todavía no lo entienden dentro de sus competiciones, como les solicitaron y rechazaron para la próxima edición de los juegos olímpicos en Tokio 2020. Algo que parece normal, ya que muchos de estos e-sports tienen un alto contenido violento, en el que el jugador debe sobrevivir a los ataques del propio juego o de sus competidores.
Aunque también el deporte físico seguirá ganando en número de dispositivos: los relojes inteligentes, las ropa inteligente o los auriculares inalámbricos que lo han petado el año pasado con la irrupción de los airpods, son algunos de los complementos que empezaremos, si no lo hacemos ya, para practicar el deporte que más nos guste. También hay que sumar las infinitas aplicaciones cada vez más completas con las que podemos prepararnos para (casi) cualquier competición, los balones inteligentes o el arbitraje.
Por otro lado, la retransmisión de los torneos, ligas o juegos cada vez está más abierta, eso en streaming y en plataformas sociales, como puede ser Facebook en la que ya se han seguido un montón de competiciones sólo a través de este medio.
Sin embargo, este dato debe ser de los pocos agraciados para la compañía de Zuckerberg y es que cada vez más gente se está alejando de esta red social.
¿El 2019 será el declive de Facebook?
Tras los escándalos del año pasado por la compañía, tras el robo de miles de cuentas de sus usuarios, la divulgación de las fakes news y hacerles responsables de que Trump ganase las elecciones, son sólo algunos de los hitos que le hacen perder seguidores de forma continuada, si además, sumamos que el público objetivo de esta red social cada vez es más mayor, los jóvenes encuentran en Instagram, Snapchat o Twitter la alternativa idónea a sus preferencias.
Los datos privados a resguardo.
El año pasado se inició una nueva ley de protección de datos en la que todas las empresas deben informar sobre qué datos, para qué los va a utilizar y cómo los va a guardar a todos los usuarios y de forma clara, se ha avanzado mucho para que los sites a los que accedemos cada día sean más seguros, y es que el tratamiento de los mismos o la publicidad de ellos es algo que todavía nos sigue preocupando de forma alarmante. Y es que no estamos todo lo protegidos ni educados en lo que a cuestiones con internet tenemos a nuestro alcance.