La deep web contiene casi el 95% del contenido que existe en internet. Tiene una forma de acceso bastante similar al internet habitual, la diferencia principal es que si para el acceso habitual usamos Chrome o Firefox o casi el desaparecido Explorer, se utiliza un navegador bastante parecido, existen varios tipos, sin embargo el más utilizado es Tor.
Nos permite navegar sin dejar ningún tipo de rastro, es decir, no compartimos nuestra IP. Digamos que es como una máscara que está por encima de lo habitual, una vez que nos hemos descargado e instalado la herramienta tiene un aspecto muy parecido a lo que ya estamos habituados a ver, abre pestañas, nos permite buscar, pero los resultados esta vez, no se encuentran ni en Google, ni Bing ni otros buscadores.
Instalarlo es bastante sencillo, lo difícil es encontrar los links de las webs, normalmente no tienen una dirección como la que estamos habituados a ver, sino que se compone de enlaces alfanuméricos que cambian cada poco tiempo, y lo hacen para poder sortear los obstáculos que podemos encontrar. Por otro lado, los dominios no acaban en los típicos .com o .es sino que lo hacen en .onion (cebolla en inglés) y que es un poco en lo que se define la deep web, que está distribuida en varias capas de información o de acceso a determinados contenidos.
Es muy sencillo caer en trampas, por ejemplo, las que pone el FBI para que puedan saber que delitos estamos cometiendo, esta actividad se denomina honeypot y es algo que tiene bastante controversia, en primer lugar porque se pone en debate si los miembros de la seguridad pueden hackear y acceder a información pública que se supone no se debería poder localizar en la web.
Los timos
Existen páginas de ventas, que nos podrían recordar a Amazon pero en vez de encontrar electrodomésticos, ropa, calzado o tecnología, en las tiendas de la deepweb o internet oculto es que tienen drogas, armas, suscripciones premium ilimitadas o infinitas por 2€, blanqueo de botcoins o falsificaciones, la más conocida es la tienda conocida como Ágora. Aunque existen otras muchas.
Unas de las precauciones que debemos tomar si vamos a comprar lo que sea en el internet oculto es que una de estas tiendas hace escrow, esto no es más que hacen de intermediarios entre las tiendas y el comprador, se pueden abrir disputas on.line si no ha llegado bien el producto o lo queremos devolver, funciona de una forma bastante parecida a PayPal que retiene el dinero hasta que la mercancía le llega al comprador.
Si nos basamos en algunas películas o series en las que nos muestran cómo se contrata a un hacker para hacer algún trabajo, puntual o más amplio y que probablemente sea ilegal, conseguir información de empresas, adquirir algún virus para infectarlos, algo parecido a lo que pasa en la que será una de las series del verano MR. Robot una organización de hackers que intenta bloquear a una megaempresa que controla absolutamente todos los productos cotidianos y no tanto de los EEUU.
¿Qué servicios podemos contratar?
Contratar a un hacker es algo bastante sencillo y que desde 200€ podremos empezar a colaborar con ellos, o contratar a un sicario que nos asegura la muerte de otra persona con precios que van desde los 20.000 dólares. Del mismo modo que podemos encontrar con falsificadores de cualquier cosa que podramos necesitar, notas, documentación del banco, pasaportes…
Una web que es bastante interesante, teniendo en cuenta que las direcciones cambian cada poco tiempo y que no existen buscadores como tal, es Gramm que además de una estética muy similar a la de Google también busca resultados de tiendas como Ágora o similares y nos muestran resultados parecidos entre sí para que podamos seleccionar los diferentes productos, en su mayoría ilegales, que queramos comprar.
Lo peor de la deep web
Otro contenido muy estandarizado en las redes sociales es el contenido snuff. Este contenido son fotografías o vídeos en los que se muestra demasiada violencia e imágenes de poco gusto en general y bastante desagradables. El último escándalo más llamativo, por su aparición en los medios de comunicación, ha sido la puesta en venta de más de 655.000 historiales médicos de personas que viven en los EE.UU. y que podrían acabar en manos de a saber quién, los robó alguien que quiere ganarse unos cuantos dólares y como es obvio no lo va a publicar en sus redes sociales, sino en la deep web.
La conclusión
En definitiva, aunque creamos que será una navegación más segura, lo que estamos haciendo es caer en una red de problemas, estafas y mercado negro, si bien, también podemos encontrar mucho contenido pirata o contenido interesante para hacer tesis, lo mejor es que sigamos navegando en el internet normal aunque sólo represente el 15% de todo al que tenemos acceso.