Las redes sociales han favorecido además de la pluralidad de contenido, la interacción entre usuarios de diferentes sitios o la competencia entre empresas de un mismo sector, competimos por alcanzar la notoriedad, disfrutamos del contenido y aportamos novedades y opiniones para seguir creciendo.
Las redes sociales es lo primero que miramos, al menos un 78% de la población según las encuestas e informes que publican los medios de comunicación y los especialistas. Estamos enganchados a los likes, a las veces que comparten nuestro contenido y a cómo nos estamos interrelacionando.
Las redes sociales que más utilizamos son las más comunes, Twitter, Facebook, Instagram…sin embargo existen otras más sectoriales y especializadas, las de contenido audiovisual, por ejemplo y de las que hoy vamos a hablar nos han hecho estar más atentos sobre la periodicidad de las series o si se nos olvida ver algún capítulo en la televisión.

Antes, si no lo veías el día de emisión tenías una única opción: comprar las cintas o DVDs que las productoras venden para que podamos ver la serie completa. Cuándo comenzó la TDT, tampoco hace tanto, podíamos volver el contenido en los diferentes canales que las televisiones generalistas utilizaban para reponer diferentes series, películas o programas. Algunos los compraron con la opción de grabar contenido, el que no nos podíamos permitir ver en el horario de emisión para ponerlo al llegar a casa.
Más tarde, surgieron las televisiones que creaban sus webs con el contenido que emitían casi al directo, o si eran de producción propia también estaban disponibles y teníamos un acceso casi ilimitado a los contenidos que nos habíamos perdido en «directo» estaban colgadas en sus webs y con un pago mensual podríamos verlo tantas veces como quisiéramos.
Con la penetración de internet muchos comenzaron a crear webs con los contenidos por los que teníamos que pagar, webs como series.ly o seriesyonkies en las que nos registrábamos y teníamos acceso a un montón de contenido que además podríamos ir señalando según habíamos un capítulo, el uso se expandió no sólo por la cantidad de gente que comentaba a sus amigos cómo funcionaba, sino porque también establecieron ciertas normas de «gamificación» como recibir puntos por dar una opinión sobre el contenido visto o si invitábamos y seguían el enlace.
Poco a poco están creciendo otras plataformas, como Netflix, que tienen un montón de series ya no sólo de producción propia, sino de otras de las que han comprado sus derechos de emisión. El problema, bueno el problema, las teleoperadoras que para añadir algo más a sus usuarios ofrecen este tipo de contenidos, generando problemas de intereses entre los catálogos de contenido bajo suscripción y ver el contenido desde el móvil porque es la plataforma que nos da acceso a internet y «sale más barato».
Las webs en las que existe contenido «ilegal» porque no han pagado por sus derechos, por lo general, tienen una sección por cada tema que disponen a los usuarios, sin embargo, la ley ha cerrado más de una precisamente por este motivo, para nosotros los usuarios nos la han liado, muchos piensan «para qué voy a pagar por un contenido que está en HD o alta definición si lo tengo tecleando en Google qué es lo que quiero ver».
Los contenidos que consumimos, cada vez son más digitales, porque lo compartimos, porque nos enganchan o simplemente porque queremos entretenernos un rato, son digitales porque requiere verlo desde una conexión a internet, en la SmartTV, en el portátil o la tablet, aunque los veas porque nos lo hemos descargado o en streaming hemos utilizado o usamos la conexión a la red que nuestras queridas operadoras nos ofrecen.
Gracias a todo el contenido que tenemos a nuestra disposición muchos también han aprovechado para recordar idiomas o reciclar el oído de vez en cuando, porque muchas series ya se emitieron en EEUU y en España todavía no, es más común de lo que pensamos, pues entre que compran los derechos y les seducen un hueco, pasan meses, muchos meses.