El nacimiento de un hijo es motivo de alegría, todos quieren compartir su felicidad con los demás, enseñar al mundo a sus hijos, sin tener en cuenta los peligros que puede aguardar internet y más en concreto del uso que los malignos hacen de las redes sociales y su contenido. Por eso hoy vamos a dar algunos tips para salvaguardar la imagen y privacidad de los menores en la red.
Algunos padres cuando se enteran que van a ser padres y se ponen a la búsqueda del nombre perfecto para sus retoños lo hacen mirando la disponibilidad de los mismos en internet, buscan si está libre un dominio, el perfil o incluso la dirección de mail para decidirse por un nombre u otro.
Llegan incluso a crear los perfiles de los niños para publicar en ellos, sus fotografías, hitos o hábitos sin pensar en si a los niños les gustará o no, o a saber cómo han cambiado las cosas de aquí a que cumplan la mayoría de edad. Al fin y al cabo, es como los padres que deciden bautizar a su hijo y después, cuando se hace mayor, no entiende ni le gusta la religión y forma parte de algo que no le convence o con lo que no está de acuerdo.
Otros, no tan imaginativos o menos previsores según lo miremos, no le dan importancia a la disponibilidad del nombre que decidan para sus herederos, sino que se guían por otras razones o circunstancias y éstos, al igual que los anteriores, pueden usar algunas herramientas de comunicación para compartir o imágenes de los niños o algún que otro vídeo y sin darse cuenta y de forma sutil están creando una identidad digital pasiva.
Desde los grupos de whatsapp a los muros de Facebook pasando por Instagram o Pinterest son los medios sociales en los que más contenido de menores se publica, entonces:
¿Cómo podemos actuar?
Lo primero y más importante, es tener respeto por la intimidad del menor, igual que en la televisión difuminan las caras de los menores, nosotros también debemos colaborar a que nuestro niño no sea la diversión de la red, habrá escenas divertidas que grabes en vídeo, y que además te mueras por publicarlo en Youtube, no debes olvidar que el respeto a la intimidad es fundamental para que tu hijo aprenda el significado del mismo.
Esto no quiere decir que no puedas publicar ninguna foto si te apetece sino que con una serie de pautas será menos incómodo para el niño, sobre todo cuando se haga mayor y le de vergüenza, por ejemplo.
Una de las cosas que JAMÁS puedes hacer es publicar una foto de un menor desnudo, porque aunque no te lo creas, existe una red muy grande de pornografía infantil y como siempre la mejor opción es prevenir.
¿Cómo puedo compartir fotografías de los niños?
Está claro que alguna que otra vez hemos querido demostrar nuestra alegría con los menores, y podemos publicar fotos de ellos con nuestros amigos teniendo en cuenta que podemos configurar las opciones de privacidad de las redes sociales para que sólo un grupo muy reducido de nuestros amigos puedan verlo.
Otra opción es enviar las fotografías por e.mail a los destinatarios que queremos que lo vean, o, utilizar sistemas de almacenamiento en la nube.
Cuando subamos una foto, evitar una en la que se vea la cara del niño, o si se hace limitar el acceso a la misma, muchos padres publican la foto de las manos o los pies para dar la bienvenida en internet al nuevo miembro familiar sin dar demasiada información.
Si publicas una fotografía por ejemplo en el parque, no lo hagas explicando la hora o el lugar exacto, podrías estar dando información relevante para un maligno de la red. Si además en la foto que quieres publicar aparecen otros niños, lo primero que puedes y debes hacer es preguntar a los padres si te dan permiso para hacerlo, si te dicen que no, tendrás que olvidarte de la idea o añadir algo encima de la cara de los niños.
Esta idea, en Facebook, es muy sencilla, cuando vamos a publicar una foto, en el modo de edición nos deja poner «stickers» que podremos ajustar de tamaño manualmente y colocarlos en la posición en la que esté la cara del menor.
Me queda por apuntar que si te decides por subir una foto, ya sea del pie, o del menor durmiendo en la cuna, no lo etiquetes porque los buscadores podrían indexarlo y los malignos podrían estar al acecho en busca del algún niño «perdido».
Todo esto, que parece como un mundo aparte y que además da mucho miedo, no es más que saber aplicar el sentido común y la moral que utilizamos en nuestras vidas, también en las redes sociales, ya que se han convertido en una extensión más, o mejor dicho, un rol más de nuestra personalidad.