Estamos en año electoral. Por duplicado. Tenemos las municipales y regionales y a finales de año nos esperan las elecciones generales al parlamento. Vamos, que nos vamos a cansar de campañas de propaganda política. Pero ¿son todas las campañas de propaganda electoral igual de planas y aburridas? Algunos candidatos (o sus equipos de comunicación) se han propuesto llamar la atención sea como sea, y a veces el resultado no es el más adecuado…
Hay quien se anima con temas musicales compuestos expresamente para la ocasión, como el caso de Mario Amilivia, candidato por el Partido Popular en la campaña de 2007 para gobernar el Ayuntamiento de León
O como el vallenato que la Asociación Popular de España en Colombia (APE-COL) le dedicó al hoy presidente Mariano Rajoy de cara a las elecciones del año 2007
A otros se les va un pelín la mano con eso de transmitir transparencia, y acaban como vinieron al mundo. Ese es el caso de Luis Alberto Nicolás Pérez, candidato por el Partido Socialista a la alcaldía de Meruelo, Cantabria
Dejando a un lado la idoneidad o no de un desnudo para transmitir claridad y transparencia, queda patente que la ejecución no es la más acertada. La iluminación en las fotos, la pose del candidato, sus gestos, la composición, la estratégica y sesuda colocación de las rosas para tapar y… el copy. ¿»Soy mejor que tú y lo sabes»? No creemos que esta sea la mejor manera de convencer al electorado para que confíen su voto en alguien, y eso sin tener en cuenta las faltas de ortografía.
Pero el candidato al Ayuntamiento de Meruelo no ha sido el único en posar desnudo en un cartel electoral, Albert Rivera, hoy dirigente de Ciudadanos ya apostó por esta vía cuando allá por el 2006 hizo lo propio en el cartel de Ciutadans en las elecciones al parlamento catalán.
A la ola del mal gusto se subió en 2011 la actriz para adultos María Lapiedra, que se presentó a las municipales con su Partit del Desig o Partido del deseo. Seguramente más que un puesto en el consistorio buscaba hacer algo de ruido mediático para promocionar el resto de sus actividades profesionales, pero el resultado fueron perlas como esta
Estos son solo unos pocos ejemplos de las creatividades propagandísticas que nos hemos encontrado en el pasado cercano, incluso algunas en el presente. Estamos ansiosos por ver con qué «genialidades» nos sorprenden en esta campaña los diferentes candidatos.