Cada vez es más frecuente hacer compras on.line, por comodidad, porque la tienda en la que queremos comprar no tiene sede física en nuestra ciudad, o porque comprando online tenemos más descuentos o, sencillamente, porque no nos apetecía ir a un centro comercial realmente hasta la bandera y esperar eternas colas para pagar o para acceder al probador…
Llevamos ya mucho tiempo, comprando y devolviendo online y ahora, las empresas empiezan a comprender que todo el envío on.line, sobretodo las devoluciones les suponen un alto grado de tiempo, dinero y esfuerzo. Por eso, cada vez es menos frecuente y más necesario leer y adaptarnos a las necesidades de la política de devolucón.
Muchos de nosotros, ya escogemos directamente ir a recoger a un punto de recogida a un buzón de un centro comercial, a un supermercado o al kiosco de debajo de casa por diversas razones también. La primera puede ser: como no voy a estar en casa, mejor que me manden un SMS o un mail diciéndome cuando puedo pasar a recogerlo, la segunda, porque tengamos un perrete que cada vez que nos pican monta el show del ladrido y no queremos molestar más a los vecinos. La tercera, y casi más importante, porque entendemos que es menos contaminante que enviarlo a nuestro domicilio.
Solución 1: Quédate con lo que me compraste y toma tu dinero.
Otras veces, no será la primera vez, que pedimos o hacemos una compra online y pedimos devolverlo por mútliples razones, nos hemos equivocado en el tipo de compra, la talla, el producto o no nos ha gustado, solicitamos la devolución y la propia empresa, decide que es mejor que nos lo quedemos, porque les supone un coste mucho menor que nos quedemos con el producto que enviar a alguien a por ello a nuestra casa o punto de recogida. Esto me pasó una vez con Amazon, que pedí un cable para conectar un proyector con salida HDMI al ordenador y me confundí del tipo de salida del ordenador…pensé buah, vaya liada…pero no, tras hablar con Amazon, me dijeron, quédatelo.
También suele ocurrir con productos de Aliexpress que, a lo mejor, valen céntimos…el vendedor no se pone a ver cuándo lo vas a devolver sino que te dice, mira te devuelvo el dinero y ya está. Quedamos como amigos.
Solución 2: Te cobro una parte del envío
Por ejemplo, el grupo Inditex hace tiempo que nos cobra las devoluciones si detrás de ellas, hay una repartidor que tiene que venir a nuestra casa o a un punto de recogida para recoger los paquetes. El precio de la devolución también es distinto si viene únicamente a nuestra casa que si lo llevamos a un punto intermedio. Y es que, si aplicamos la razón, al punto de recogida la empresa. de reparto tiene que ir sí o sí, nuestra casa, no necesariamente estará en la ruta establecida.
Esta política puede parecer interesante, sobretodo teniendo en cuenta que hay un montón de tiendas de zara repartidas por el mundo y que la devolución en tienda por ejemplo es gratuita, aunque también es verdad que quizá en zonas con menos población, dónde nos pilla un poco a desmano la compra o ir a devolver tendrían que buscar sistemas un poco más justos. No es lo mismo, vivir en Gijón y tener que desplazarte a una de las tiendas que hay, que vivir en una zona rural dónde la tienda más cercana se encuentra a una hora de camino, por ejemplo.
Solución 3: Revendo lo devuelto a empresas que lo venden como si fuera de segunda mano
Una de las estrategias de Amazon es que, muchos productos devueltos se quedan en un almacén y revenden a otras tiendas estos productos, para que los revendan más económicos, porque entiende que muchas veces ni se han abierto, que también ocurre en muchas devoluciones.
Hay productos en la sección de reacondicionados de Amazon en los que podemos ver que el fallo o por lo que está ahí es que tiene la caja abierta o el envoltorio no está como si acabase de salir de fábrica. Lo que nos lleva a otro tipo de contenido en internet y son los vídeos en los que nos prometen que por un monto, bastante ridículo, como pueden ser 100 € encontraremos una caja sorpresa en la que puede, nos encontraremos con ordenadores, tabletas gráficas y cualquier otro dispositivo que por sí sólo superaría el importe. Ojo con estos timos, en los que podemos acceder fácilmente en redes sociales.
En definitiva, cada vez estamos más y mejor concienzados sobre cómo las devoluciones, que no los envíos, pueden ser una opción fácil de disminuir la contaminación y aunque nos tengamos que desplazar para ir a recoger o a devolver puede suponer una reducción de la huella.