En los últimos años han salido un montón de aplicaciones para encontrar el amor, algo bastante normal si tenemos en cuenta que estamos en una sociedad cada vez más conectada y con menos tiempo para encontrar a esa persona con la que pasar el resto de nuestros días, o bueno, con la que pasar unas horas. Y hoy os voy a hablar de una nueva, española y con un pequeño coste.
Una app que nace en España con polémica
Se trata de la App Kiki, un nombre que ha dado bastante que hablar, por el significado que tiene en nuestro país, también porque tiene otros significados en otros países, combinando la polémica, que la ha tenido desde su lanzamiento y por otro lado la internacionalización, ya que en japonés significa equipo y en Holanda es un nombre de mujer que está de moda y por supuesto por el modelo de negocio que tienen.
De momento sólo está disponible para Android. Y su funcionamiento es bastante similar al resto de aplicaciones que podemos encontrar en las stores para conectar con gente, lo que le diferencia de las demás es que, el que propone a otro quedar debe pagar el tiempo de la otra persona. Suena controvertido, porque podría parecer una app tipo burdel, en el que alguien dice «con esa persona» paga y pasa un tiempo.
La app pretende ser el Airbnb de las citas, de hecho, se basaron en ese modelo de negocio para crear esta app con origen malagueño. Detrás de la aplicación se encuentra un equipo de 10 personas, quiénes además del modelo de negocio, se basaron en la experiencia de muchas personas que se registraban en portales con suscripciones mensuales y ni con esas eran capaces de conseguir cerrar una cita con alguien, esto les llevó a pensar en cómo solucionarlo, ofreciendo un aplicación que garantiza las citas pagando por el tiempo de la otra persona.
Tras el lanzamiento, en las redes sociales podíamos encontrar dos posturas, la de los que le parece una idea estupenda y los que lo consideran una forma de encubrir la prostitución, sin embargo, sus creadores dicen que eliminarán todas las conductas que no sean sanas de su plataforma, ya que no sólo pretende (a pesar del nombre escogido) que sea una plataforma para encontrar el amor, sino también una manera de hacer amigos o pasar un rato con alguien.
¿Cómo funciona?
Pues como casi todas las apps de este tipo, nos tenemos que registrar añadiendo información sobre nosotros, una vez dentro, podemos visitar o cotillear diferentes perfiles y si vemos alguno que nos convenza, por gusto, afición o precio, podemos enviarle una solicitud, la otra persona, decidirá si quiere quedar con nosotros o no. Pongamos por ejemplo, que alguien quiere irse a tomar un café, pero no le apetece hacerlo sólo, pues accede a la app busca a alguien de su zona, le agrega y si el otro también está interesado, aceptará no sólo la invitación sino una recompensa por quedar con ese alguien para tomar un café, irse al cine por la entrada más la cita que son unos 10€, de copas o incluso de viaje dónde tendríamos que pagar unos 100€ para que alguien nos acompañase.
Eso sí, el usuario que cobra por las citas, sólo se llevaría un 70% del precio que pide por su tiempo, el 30% restante se lo queda la app para mejorar y evolucionar.
¿Qué ventaja puede tener?
Alguna ventaja de pagar por el tiempo de otra persona es que, según el creador, todavía no han tenido ningún caso en el que la persona con la que se iba a quedar no fuera como decía ser en la app, y es que una vez pasada la cita, hacen una pequeña encuesta a ambas partes para saber si con quién ha quedado era como decía ser y en el caso de no serlo, lo borrarían de la app.
Otra de las pistas que tienen para saber si un usuario es verdadero o no, es la identificación a través de Facebook, que a pesar del monumental lío que tiene entre manos sobre la privacidad, los de Kiki han explicado en varios medios de comunicación que guardan muy bien los datos y que, no se los ceden o venden a terceros. Veremos.
¿Tendrá futuro?
Las aplicaciones de citas están en constante crecimiento, por su uso, sus escándalos y el número de nuevas historias de amor que han surgido a la par que ellas o gracias a ella, es normal pensar que esta aplicación, pueda tener un futuro a la vista, teniendo en cuenta que estamos en un mundo en el que vamos corriendo a todos los sitios, que no tenemos tiempo para nada, pueda ser una oportunidad, pagada, de establecer nuevos lazos.
Aunque no tengo ni un ápice de profeta, se podría decir que sí, ¿por qué? pues porque los de la app han conseguido introducirse en un programa de aceleración de app en la Universidad de Stanford con el objetivo de introducirse en el mercado norteamericano a lo largo del verano. Veremos que acaba pasando con esta aplicación, si realmente se convierten en un bombazo o queda sólo en una anécdota que recordar. El tiempo lo dirá.