El jugador del Sporting de Gijón Pichu Cuéllar ayer salía por todos los medios de comunicación por haber sido un tanto agresivo en sus declaraciones, algo normal teniendo en cuenta el apuro que le hicieron pasar en un medio de comunicación de tirada regional, La Nueva España.
El cada vez más amarillo y putrefacto estilo de contar noticias hacen que se cojan fragmentos de algo que ha ocurrido para darle una connotación e interpretación diferente a lo que realmente sería una cuestión objetividad.
Lo que propició el descontento del portero se debe a un vídeo que publicó el periodista, el jugador estaba mirando al público porque a uno le estaba dando un ataque epiléptico y Pichu Cuéllar se quedó mirando asombrado por lo que estaba viendo.
El periodista «interpretó» que estaba echando un mal de ojo a la afición del equipo contrario. Realmente lamentable que alguien de nuestro gremio sea capaz de transformar una realidad en parte de algo que está dando la vuelta por las redes sociales y que en vez de mostrar y contar la información se dedica a postular para trabajar en Sálvame. Se puede interpretar perfectamente que este hombre, odia al Sporting, casi tanto como ama a su Real Oviedo, sin embargo, los gustos y discrepancias en un equipo de fútbol es mejor que queden relegadas para el bar en vez de un periódico de tirada regional.
Se ha criticado mucho al jugador que con dos pelotas se hizo visible y ¿Qué pasa con el periodista?, tiene más delito desde luego lo que ha hecho el «periodista» que las palabras de Pichu Cuéllar. En Asturias somos como 1.000.000 de habitantes, ¿tan difícil es llevarse bien? Absurdo.