Que cada vez buscamos más información previa a la compra de un producto o adquisición de un servicio es una realidad, que nos gusta mirar las webs de las marcas para saber quién está detrás, para consultar la disponibilidad de un producto o ver si tienen una cosa concreta, sin embargo, las empresas aún no están preparadas para todo el ensamble digital.
Somos consumidores de tecnología, en más de una ocasión habrás escuchado, un 75% de la población consulta internet (redes sociales, blog, mail, webs, espacio en la nube…) a diario o las ventas de los smartphones han subido durante las navidades un 20%, titulares muy optimistas a los que de momento muchos de los pequeños y medianos negocios no han sabido adaptarse a este tipo de incremento del uso de las nuevas tecnologías.
Lo que puede opinar nuestro público.
En más de una ocasión hemos hablado sobre este tema en el blog, en entradas como La formación comercial o ¿por qué los negocios no se animan a tener una web?, sin embargo hoy vamos a hablar sobre la impresión que tienen los posibles clientes cuando entrar en una web obsoleta o no la encuentran.
Si nos ponemos en el lugar de nuestros clientes, como debería ser obvio, tenemos que pensar en qué les gusta y mostrarselo de la forma más sencilla y visual posible, teniendo en cuenta que además muchos de ellos nos visitarán desde el móvil, y aquí es dónde entra el concepto responsive. (Adaptar el contenido de la web para que se vea en diferentes pantallas).
Muchas opciones para diferentes negocios.
Muchos de los CMS que se utilizan para la creación de páginas webs son de por sí, responsive, creamos la web con una plantilla y ella sola se adapta e identifica desde el tipo de pantalla que vemos el contenido, ya sea desde el móvil, la tablet o el ordenador, la información se adapta para que sea más fácil la interacción con digamos el dominio, el nombre de nuestra empresa en el entorno digital.
Las capacidades que nos ofrece la red son muchas y muy dispares por eso en función del tipo de negocio que tengamos entre manos se mejor utilizar un sistema u otro, que nos permita mostrar la esencia de la empresa con coherencia y sentido común. Por un lado, está la imagen que mostramos de nosotros, podemos pensar que si la hacemos nosotros mismos, o nuestro cuñado, podría quedar muy bien, y puede ser si la persona tiene un buen gusto y conoce las opciones y tendencias del mercado, puede que caigamos en el error de creer que lo que subimos a la web sea la repera, cuando en realidad son burdos diseños que no expresan nada más que obsolescencia.
Poder mantener una web es querer hacerlo.
Primero debemos querer dar el paso, para crear una web que represente a nuestro negocio en internet, una vez entendamos que es algo necesario, que aporta información al usuario, transparencia, opciones de compra o de reserva, podemos plantear qué tipo de plataforma habrá que escoger en función de los objetivos que quiera la marca/empresa para internet, que a su vez tendrán que estar relacionados con los del establecimiento físico.
Cuidar la atención al público digital.
En un negocio, sobre todo de cara al público, se cuenta con la atención al cliente personal, quizá antes de comenzar con la web pienses, voy a perder esa esencia, nada más lejos de la realidad, tendrás que destinar más esfuerzos para desarrollarla, pero también puedes tener una atención al cliente detallada y compleja que aporte conversación (entre otras cosas) en las redes sociales.
Al igual que se limpia un local comercial a diario, debemos hacer limpieza en la web, mantener actualizados los productos y sobre todo cuidar la imagen que proyectamos de nuestra empresa o negocio. No es difícil si sabemos organizarnos, si sabemos planificar y calcular, tanto tiempo como recursos económicos. Si crees que es el momento de avanzar hacia una nueva era, la digital para tu negocio envíanos un mail y te ayudaremos a lograrlo.