Estos días se viene hablando sobre la dificultad de distinguir los envases de los medicamentos genéricos, por su similitud de colores y formas el envase es un aspecto principal de comunicación de cualquier marca. Hemos estado investigando (nos hemos perdido entre leyes, normativas y decretos) un poco para hacernos una idea de cómo son las circunstancias por las que las personas nos podemos confundir en la toma de uno u otro medicamento y sacamos aportamos alguna conclusión que podría ayudar a evitar este problema cada vez más común.

Requisitos legales para la distribución de un medicamento
Los medicamentos de por sí, tienen una serie de condicionantes legales muy exhaustivos, en primer lugar para poder salir al mercado, con normas de calidad, certificaciones sobre la eficacia o la forma en la que se va a producir, distribuir o comunicar a los diferentes públicos, entre los que están los prescriptores de medicamentos, los visitadores médicos, las farmacias, los congresos o eventos y por supuesto, el público en general…La medicina y la salud son cosas que a todos nos preocupan y con las que no nos gusta que jueguen otros por nosotros. En esta entrada nos vamos a centrar en cómo es el envase final, el que llega a los usuarios y no a los especialistas del sector.
En segundo lugar deben cumplir una serie de obligaciones para crear tanto los envases primarios (los que están en contacto con el producto directamente) y el exterior (el envase que contiene el blister o el objeto en el que está el medicamento). También estas obligaciones y requisitos legales están especificadas para el proceso de logística de un producto para uso médico, ya que se deben proteger no sólo por el packaging, en todos los procesos desde que se fabrica hasta que se distribuye o comercializa.

En tercer lugar, si el medicamento se puede o no publicitar, esto sobre todo depende de sí requiere o no receta médica, si necesita receta no los podremos ver anunciados en los diferentes soportes que existen, ya sea televisión, internet, prensa, radio o exterior.
En el caso de ser un producto que no requiere receta médica se debe tener en cuenta que hay ciertas palabras que JAMÁS podremos ver en los anuncios que realicen: Tuberculosis. Enfermedades de transmisión sexual. Otras enfermedades infecciosas graves. Cáncer y otras enfermedades tumorales. Insomnio crónico. Diabetes y otras enfermedades del metabolismo.
A la hora de escoger el nombre de un medicamento, como el de cualquier otro producto o servicio, se debe tener en cuenta que no lleve a confusión con otro de la competencia, pero esto es más que una norma, algo más bien de lógica. El nombre además se debe añadir en braile en el cartonaje al menos, así como no siempre podrá estar disponible en el envase primario, este requisito si no se cumple supone una sanción leve con su correspondiente multa.
El packaging un vendedor silencioso
Muchos productos intentan diferenciarse de los de la competencia, con algo innovador, que puedas usar después, que se bonito o que impacte a la vista del posible consumidor y le incite a comprarlo, es un vendedor silencioso porque quizá nadie haya hablado del mismo, pero al llegar a una tienda o visitar una web podemos verlo, picar el anzuelo y hacer una compra compulsiva.
En el packaging hay una serie de obligaciones que se traducen en símbolos y letras en mayúscula que deben situarse, sin opción a cambiar el lugar, en la parte superior derecha de las caras principales del envase.
Si tiene prescripción médica (en un tamaño mayor o igual a dos mm) o no, el uso para el que se destina (investigación médica, uso hospitalario, si está hecho en basa a plantas) o si el producto es genérico (EFG).
Existe una campaña de concienciación para este tipo de productos genéricos que lo promueven desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ya que su uso es como el de cualquier otra marca blanca del supermercado, que quizá estamos más habituados a consumir), siempre y cuando cumpla con los requisitos que la AEMPS disponga para su fabricación, distribución o venta.

El packaging (envase) de los medicamentos
Los colores, por ejemplo, que se pueden utilizar para los envases según el tipo de enfermedad al que vayan destinados, quizá para los medicamentos de corazón estaría bien que fueran de color rojo, para los renales amarillos, para los neurológicos morado…será por colores.
Otra de las observaciones que podemos hacer es que se deben incluir símbolos que indican el nivel de peligrosidad del medicamento que contiene el envase, sin embargo tampoco se hace alusión a sí se pueden añadir símbolos que ayuden a identificar la enfermedad para la que se consumen, podrían incluirse tal vez, el dibujo o ilustración del órganos al que van dirigidos.
El problema principal que identificamos también son las «marcas» que deben estar presentes y ser el nombre del producto porque son nombres técnicos, a veces, incluso difíciles de pronunciar y menos de recordar.
El contraargumento que nos puede ofrecer la industria farmaceútica o los organismos gubernamentales es que en el prospecto, que también tiene sus aspectos legales muy definidos, es que viene el propósito del mismo, lo que cura y los efectos secundarios, entre otras cosas.
No se trata de dejar de incluir el prospecto ¡Ni de broma! sino de lo que puede pasar ¿si pierdo el prospecto? ¿Si sólo tengo el blíster? Sí, podríamos mirarlo en el vademecum (la web en la que se recogen casi todos los prospectos médicos y que es el libro de cabecera de los farmaceúticos) pero no debemos olvidar que por mucha tecnología que estemos habituados a utilizar todavía hay mucha gente que ni tan siquiera sabe enviar un mail, porque no lo ha hecho jamás y tampoco está predispuesta a hacerlo, sino de incluir el nombre o para lo que es de forma resumida en la caja, podría ser una solución.
Remedios caseros para identificar medicamentos
La solución más habitual e incluso rudimentaria y eficiente es que escribamos con un boli en la caja o una etiqueta en el envase (si se trata de un tubo con crema) el nombre para lo que sirve y encontramos con que muchos ponen para lo que les sirve (soriasis, para dormir, dolor de cabeza…), todo eso contando con que somos un poco ordenados y no queremos gastar el dinero o ir a preguntar a la farmacia para que servía ese medicamento que encontramos en el cajón/botiquín de nuestros baños o salones de casa. Todos tenemos nuestro cofre de medicinas.
Otro de los inconvenientes, quizá el más grave, es el que diseño de los envases para medicamentos genéricos son cada vez más parecidos, lo que induce al error y por tanto al problema, no sabemos demasiado de medicina pero si tomamos pastillas para una gastronteritis cuando tenemos dolor de cabeza puede que no nos ayude y nos produzca una úlcera, ¡quién sabe!
Y no os olvidéis que los medicamentos deben tomarse con cabeza y con la supervisión de un médico, los druidas y ángeles no hacen curarnos de una enfermedad, la medicina y la ciencia si. Y también es bueno volver a decir, que los medicamentos con RECETA MÉDICA no se venden por internet, esta cuestión ya la dejamos para otro post.