La falta de tiempo en nuestro día a día es una de las cosas que más escuchamos a los que se han decidido a la «aventura» de emprender, compaginar las 8 horas de sueño, con las 8 de ocio personal y las 8 de trabajo, a veces se trastocan subiendo horas y horas al último grupo.
Si tenemos una tienda, un negocio local, una pequeña o mediana empresa que además de la atención al cliente, la gestión de pedidos o la negociación con los proveedores, debemos prestar atención a la administración, la burocracia, los permisos para según que cosas, la contabilidad y en algunos casos, los que menos, la selección y/o la formación al personal, hacen que nos coman esas 8 horas, lo que llamamos coloquialmente y con desprecio rutina.
No dejamos tiempo para practicar deporte, pasar tiempo con nuestras familias o simplemente desconectar (que de vez en cuando es muy bueno) ¿cómo vamos a dedicar tiempo a pensar en el contenido, la estructura o el diseño de una web? o peor aún ¿gestionar las redes sociales?
Para que un comercio se aficione al uso y manejo de las redes sociales, debe empezar porque el dueño o el propietario esté interesado en ellas, y no desde el sentido más profesional (actualidad, cursos de formación o conocimiento de las herramientas indispensables para trabajar en este entorno) sino que le gusten y de por sí esté «conectado».
Estar conectado no significa ni tener más amigos ni publicar a todas horas, sino saber que Facebook existe y que puedes agregar amigos, o escribir a través del chat o que incluso puedes crear una página de empresa, conceptos que parecen tan básicos y en la realidad causan muchos más desastres de los que os imagináis.
Estar conectado también significa saber que una web es una opción más, que igual que buscamos un local bien ubicado en el centro de Gijón o un establecimiento con los metros cuadrados adecuados para una exposición o la actividad del negocio también se debe crear una identidad digital que según los recursos disponibles tiempo o dinero en la nueva empresa tendrán mayor o menor alcance.
Las redes sociales ya hemos comentado en más de una ocasión que son una herramienta que ayuda a vender, a posicionar una empresa (tanto en internet como en el mundo local). Muchas veces se nos olvida, pensando en ¿Qué podré publicar? ¿Y si me escriben un mal comentario?
Pueden pasar muchas cosas y te debes tomar la estrategia on.line que selecciones en tu negocio como algo más que algo que le pides a tu cuñado que desarrolle (¡Qué mala idea!) sobre todo a largo plazo, cuando te das cuenta, que todo lo que has invertido en eso no te va a servir para nada, porque no puedes actualizar el contenido, porque no te gusta el diseño, o porque no puedes vender, y piensas ¿Y para esto quería una web?
Son muchas las trabas que nos estamos encontrado en comercios que llevan ya unos años de actividad y que se ven en la situación, «mi sitio web esta obsoleto, cómo mejorarlo», llaman a los comerciales que han ido a visitarles anteriormente y les dicen, bueno, vamos a hacer una web nueva, y sin quererlo, además de pagar barbaridades vuelven a estar en la misma o peor situación. Al cabo de unos meses, hablando con alguien de la competencia, se da cuenta que tienen la misma web, sólo cambia el logotipo y el contenido de cada uno de los apartados, pero tampoco demasiado.
Alguno de los proyectos en los que nos han solicitado una actualización de la web nos han contado que otra «empresa XY» les envía una propuesta de más de 50 hojas, de las que ni nosotros entendemos lo que dice, no porque no sepamos de nuevas tecnologías sino porque utilizan un lenguaje con faltas de ortografía y cosas sin sentido, así como otros suplementos a las webs que se cobrarían aparte. ¿Qué tipo de profesionales son?
A nosotros nos gusta ser muy claros en nuestras propuestas, qué vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer lo que incluye y cuánto vale, sin añadidos y sin sorpresas finales, si quieres puedes contarnos en lo que estás pensando y te lo enviamos para que además de comprobar lo que estamos diciendo, veas que no es tan difícil ni caro como pensabas al principio.
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