El acceso a las diferentes plataformas on.line como las redes sociales, el mail, las aplicaciones, las webs de información o de compras, o la descarga de documentos se han convertido en una especie de «caja fuerte» a la que sólo podemos acceder con nuestro nombre de usuario y una contraseña.
Para registrarse en una red social es bastante normal que nos solicite una forma de identificación, por lo general el mail, ya que estamos creando un perfil con el que podremos publicar, compartir o leer. También pueden solicitar una foto para que los demás puedan reconocernos. En otros casos, por ejemplo, los periódicos de pago digitales requieren de una identificación que les permitirá saber si hemos pagado o no por el acceso a ese contenido.
Las webs que admiten comentarios de los usuarios solicitan el registro de la persona para prevenirse de algún que otro troll (los hay por todas partes y no todos son malos), que pudiera escribir comentarios hirientes o desafortunados, sin embargo, no siempre hay alguien que modera esos comentarios y nos llevamos grandes sorpresas después de un tiempo si volvemos a la fuente de la noticia, por esta razón, entre otras, debemos hacer un seguimiento de todo lo que publicamos y opinamos en la red ya que podría tener una respuesta.
La evolución del registro
Sin desviarnos de la pregunta inicial, las páginas que nos solicitan un registro han cambiado bastante, al principio de los tiempos del uso de internet masivo, con un mail y una contraseña normal (con 4 números tipo al pin) podíamos acceder a la web/aplicación que íbamos a usar. La forma de utilizar internet comenzó a cambiar y de forma muy rápida, cada vez más personas teníamos acceso a la red y la red cada vez ofrecía más variedad tanto en la forma como en las temáticas disponibles.
En algunos de los foros solicitaban una fotografía que por entonces llamábamos avatar y que por lo general era una imagen que no se correspondía con nuestra cara, sino que utilizábamos alguna flor, un coche, algo que nos gustara para que las personas nos identificasen. Aún en este caso, además de la foto (no todos tenían una foto) y al igual que en el ejemplo anterior, con un simple mail era suficiente.
Los foros evolucionaron, primero hacia el messenger (dónde se extendió el uso de los emoticonos) y más adelante en las redes sociales.
El paradigma de internet estaba cambiando.
Las redes sociales incrementaron el uso y acceso a internet, más de uno quiso un smartphone o acceso ADSL para ser como los demás y tener un perfil en alguna red social o chatear.
Muchas de las personas que componían la sociedad tenían un perfil con el que interactuaban en la red, y los que se encargaban de crear esas webs, aplicaciones o contenido para descargar o vender se dieron cuenta de lo importante que era TODA esa información que cada uno subía o publicaba de forma personal.
Las personas que se dedicaban, bueno y se dedican, a trabajar en el entorno on.line, ya sea en departamentos de marketing o finanzas, de atención al cliente o comunicación exterior, que estén implicadas de alguna manera en el sector saben que la información personal que ofrecemos en las redes sociales es INFORMACIÓN muy valiosa, muchas trabajan en comunidad, tienen acuerdos entre ellos y forman grupos de marcas bajo un mismo paraguas.
El conglomerado de las diferentes empresas o marcas se nutre de la información de las otras, por ejemplo, si nos hemos apuntado a un sorteo de yogures y hemos enviado nuestro mail, puede que nos lleguen otros mails sobre maquinillas de afeitar o detergentes para la ropa…
Si unimos la información que aportamos en las redes sociales con la finalidad con la que puede llegar a ser utilizada es lo que ha dado paso a que los registros que vayamos a hacer se puedan realizar con nuestro perfil en alguna red social.
Por ejemplo, nos descargamos una aplicación con la que accedemos a descuentos, seguramente nos ofrecerá dos formas de registrarnos, el mail o el perfil social de Facebook, según lo que escojamos tendrán más o menos información de nosotros. Si a eso, añadimos el análisis de toda la información de los usuarios mediante el BIG DATA nos encontraremos con la realidad, pequeñas campañas de publicidad muy muy segmentadas y que variarán según los objetivos de las empresas y los gustos o comportamientos del consumidor final, el usuario.
La tendencia hoy día es hacerlo con el perfil de Facebook, porque son muchos más los usuarios que tiene en comparación con otras. El problema de este tipo de accesos, es ¿necesitamos que las marcas tengan tanta información sobre nosotros? pues seguramente no, ellos se avalan en que así pueden seleccionar mejor las ofertas, el contenido o las opciones que nos muestran. Y sí, esto es verdad, el problema es cuándo utilizan esa información para vendérsela o cedérsela a otras marcas para que también hagan lo mismo.
Debemos prestar atención a las condiciones de uso de nuestros datos y privacidad, debemos leerlas como usuarios y ser capaces de explicarlas de forma concisa y clara como empresa, una vez que las hemos entendido tomaremos la decisión de si nos compensa o no. O si sólo preferimos dejar un mail, que además hemos creado para «las promociones» o «los registros», que siempre será la mejor opción porque es con la que menos información regalamos.
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