Si ayer hablábamos sobre el visual merchandising como una parte fundamental para la efectividad de un negocio hoy vamos a ver las diferentes festividades en las que los comercios locales, nacionales e internacionales se disfrazan o adornan los locales para intentar llenar la tienda de nuevos compradores. Halloween es una fiesta de origen celta, que celebra el fin del verano y con ello la recogida de la cosecha.
La fiesta poco a poco fue cambiando, al principio por la Iglesia, que quería sustituir las diferentes fiestas paganas en católicas y se cambió el nombre, al día de todos los santos, que además coincide en festivo nacional. En EE.UU. esta fiesta fue introducida por los irlandeses junto a la representación de la misma con la calabaza hueca y una vela dentro, que hoy en día tantos establecimientos para crear sus escaparates o decoraciones.
Las calabazas se utilizan para apartar a un demoníaco espíritu que vagaba a su libre albedrío el día de Halloween, éste mismo es el «inventor» del truco o trato, la leyenda cuenta que era mejor aceptar el trato a pesar de lo que pudiera significar. El cine norteamericano adaptó la leyenda y poco a poco se transformó en la tradicional fiesta americana de tuco o trato, una fiesta que además cada vez es más habitual en otras culturas, como la nuestra.
La fiesta que para unos consiste en disfrazarse para otros es un día de culto a los difuntos que han sido queridos o cercanos a nosotros mismos, sea cual sea, muchos negocios se ven beneficiados por esta fiesta de origen celta. Las floristerías por ejemplo, elaboran centros de flores que la gente lleva a los cementerios, las pastelerías crean pasteles con forma o sabor a calabaza y los bares celebran fiestas en las que los asistentes deben ir disfrazados, en la mayoría de los casos, de zombies, novias cadáveres u otros disfraces menos terroríficos que podrían asustar a alguien.
Algunos elementos básicos para la decoración de un local son las telas de araña, las calabazas, los murciélagos y en muchos casos se utilizan adaptaciones de películas tipo Drácula o Frankenstein para motivar el consumo. Antes de pensar en decorar o no el establecimiento debemos meditar sobre si tiene sentido con nuestros valores e imagen de marca, si lo que vendemos se puede adornar con este tipo de temática.
Quizá si vendemos medicamentos por ejemplo, no tiene mucho sentido celebrar la muerte, porque entre otras cosas lo que venden es para sanar a las personas, muchos lo podrían entender como que el fármaco que nos venden no es muy efectivo y podemos acabar como los espíritus que vagan por la noche de Halloween.
Es un ejemplo un poco exagerado, no os lo voy a negar, aunque sí representa que la coherencia es un aspecto fundamental para la creación de cualquier forma promocional que se nos ocurra, lo importante es que las cosas que hagamos en comunicación tienen que tener sentido no sólo con la marca que los crea, sino también con las personas que lo compran o lo podrían comprar, como sabéis la comunicación no es lo que digamos sino lo que los demás entienden de lo que decimos.
Si en cambio nuestra actividad es la restauración, quizá si podamos pensar en crear por ejemplo un desayuno promocional para estas fechas, por ejemplo, un café más una galleta de Halloween o un hueso de santo o un buñuelo.
En España tenemos afortunadamente muchos alimentos típicos de esta fecha y que van mucho más allá de un pastel de calabaza. En Asturias también hemos tenido este tipo de tradición, allá por el s. XVIII también los niños salían a pedir una especie de aguinaldo, parecido al truco o trato al que estamos más acostumbrados, con los alimentos que recogían después celebraban una cena. Un caso más de superstición se da en Cudillero uno de los pueblos pesqueros de Asturias de referencia, los marineros no salían a pescar porque creían que pescarían los huesos de otros pescadores que se llevó la mar, algo un poco desagradable.
Tradiciones, costumbres o supersticiones se apoderan del comercio bien porque se identifican con ellas o porque quieren conseguir nuevos clientes sea lo que sea debemos hacer que tenga sentido con los objetivos de nuestros negocios y no debemos olvidarnos de aportar nuestro pequeño granito de arena de creatividad, si hacemos lo mismo que los demás ¿para qué hacerlo?