Estos días se ha hablado mucho sobre el cierre de Fotolog, una de las primeras redes sociales, hace unos 15 años saltaba a la red desde Francia, la generación que hoy llaman millenial (nacidos entre 1980 y 2000) tenían un perfil en esta red social. Era el complemento perfecto para el messenger después de hacer los deberes o tareas. Utilizábamos un nick y día a día subíamos una foto con un poco de texto.
¿Qué fue fotolog?
La red social fue precusora porque además crear un perfil personalizado, con nuestra foto y una pequeña descripción, podíamos compartir algo más que un mero estado como en el messenger, seguíamos a personas que nos interesaban y teníamos la opción de darle «Me gusta» a aquellas publicaciones que nos parecían interesantes o atractivas.
Muchos de los que usamos esta red social subimos fotos y teníamos nuestro perfil como un recuerdo de nuestra huella digital, un sitio dónde teníamos fotos con 15 años y aparecían los primeros poetas y gurús.
Una gran mayoría de publicaciones contenían frases que también incluíamos en nuestras carpetas, dedicatorias o poemas que preguntaban por los primeros amores o las primeras quejas publicas. Experiencias que vivimos o algunos amigos que hicimos durante nuestro uso de Fotolog han perdurado para siempre.
¿Por qué perdimos el interés?
La cuestión es que a medida que iba pasando el tiempo, que nos hacíamos mayores, que madurábamos, veíamos como esos perfiles nos podían llegar a dar hasta vergüenza justo por el tipo de publicaciones que habíamos hecho, pensamos que quedarían ahí, en el olvido de lo digital, y salvo que cerrásemos el perfil o tuviéramos un nombre asociado al mismo que no se corresponde con el real o con nuestra futura, ahora presenta, marca personal digital.
Fuimos floggers, el término con el que se denominaba a los casi 30 millones de usuarios que llegaron a alcanzar, sin embargo no han sido suficientes para competir con otros gigantes de las relaciones sociales, como Facebook (1500 millones de usuarios) o Twitter (+ 300 millones de usuarios), esta red social, Fotolog, nació en Francia, en los inicios del uso masivo y acceso a internet, llegó a tener oficinas y administradores en EEUU que ya en 2011, con el boom de otras redes sociales cerró para sólo mantener activa su sede central en Francia.
El pasado 4 de enero cerró su página, actualmente si intentamos acceder al servicio, podemos entrar a una web escrita en francés en la que si intentamos pulsar «entrar/acceder» nos dirige a una página de error 522…la noticia saltó de repente y cuando la leímos, no pudimos sentir más que nostalgia, ¡eran nuestros inicios en la red! y por otro lado, un poco de enfado, ya que muchos hemos perdido fotografías, contactos e incluso súper textos creativos y que nos daban, de vez en cuando, una bocanada de nuestros recuerdos.
¿Deberían haberlo anunciado de otra forma?
Creemos, que pudieron enviar un mail avisando sobre el cierre del servicio (gratuito) para que quien quisiera o se acordara de su contraseña tuviera la oportunidad de acceder a revisar sus publicaciones o hacer capturas de pantalla, en concreto me acuerdo de una fotografía que había subido a esta red social hace unos 10 años y que me gustaba mucho, la había subido ahí sin pensar en que es un servicio que podía cerrar en cualquier momento.
Es complicado saber cuándo va a cerrar, y también ha debido ser una decisión difícil de tomar, apenas hay información sobre el cierre, más que no podían competir contra otros gigantes tecnológicas. Al principio, los más optimistas creían que sólo era una caída, un fallo técnico más que cometía la red social. Fue algo más, cerró y en principio, lo hizo para siempre.
La nostalgia y un futuro más previsor.
Es una pena, y aunque nos fastidie no haber recuperado las imágenes y textos o comentarios de Fotolog, debemos decir, que sin ellos, hubiera sido más complicado el auge de otras similares, que fueron los precursores de lo que hoy utilizamos con tanta asiduidad. Y nos enseña que si queremos conservar imágenes, comentarios u otras publicaciones que hemos compartido, lo mejor es que seamos previsores y que guardemos en nuestros discos duros o álbumes digitales lo que queramos conservar.
Lo que parece que estará para siempre puede que no lo haga y sino queremos perder información lo mejor es guardarla bajo nuestra custodia, digamos que es como el banco, que si lo tenemos debajo del colchón nunca se perderá. En fin, a partir de ahora seremos más cautelosos en la forma de guardar o acceder a nuestra información digital, puede que un día de repente, sin previo aviso y sin más, cierren esos sitios en los que guardamos, compartimos o almacenamos documentación e información.
Si no sabes o no tienes tiempo para hacerlo, podemos ayudarte, escríbenos a nuestro mail o desde nuestra página web.
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