Todos nos hemos hecho un selfie alguna vez, habrán quedado mejor o peor, nos habremos dado cuenta o no de usar la cámara frontal en vez la trasera… Sea como sea lo hemos hecho y ahora tenemos nuevos instrumentos que nos hacen las cosas más fáciles.
Los palos del selfie que tienen un montón de variables en sus palos, los más puros, son un palo extensible tipo caña de pescar, luego le podemos ir añadiendo extras como un disparador automático, focos, zooms y hasta los hay que simulan un brazo, para que cuando publiquemos las fotos se crean que estamos con otras personas.
Según los gadgets que añadamos también sumaremos en algunos de ellos el tener que cargarlos nos puede dar pereza y los dejamos de usar. Una alternativa para evitar llevar un mando inalámbrico para que dispare la fotografía, es llevar los cascos del teléfono, los que vienen con el micrófono incorporado, y al pulsar en el botón de descolgar podremos hacer la foto. Y sino pues tendremos que tirar del temporizador que tienen casi todos los móviles.
Debemos tener en cuenta que los conectores no siempre funcionan como deberían y esto es un problema que surge por querer abaratar los precios para el consumidor final. Como curiosidad sobre los dispositivos bluethoot es que en Corea del Norte deberán estar certificados por su gobierno a riesgo de ir a la cárcel.
El palo del selfie a diferencia de otros complementos para el móvil como pueden ser las pinzas de objetivos o de flash, ocupan bastante, ya que la medida más o menos es de unos 20-30 centímetros y nos impide meterlo en el bolsillo del pantalón o en un bolso pequeño en verano.
El uso del palo no se reduce a hacer las fotos del verano o las vacaciones, sino que medios de comunicación como la cadena de noticias Sky News que envía a grabar a los reporteros con un palo, en este caso, más sofisticado para que no pierda calidad la imagen, para compartir en streaming a través de una aplicación que les permite informar en directo a través de internet.
Muchas empresas han empezado a regalar estos artículos como soporte promocional porque saben que el uso del palo es una práctica cada vez más extendida que en algunos sitios ha supuesto un problema y de los gordos, y es que podemos no prestarle la atención que merece.
La noticia saltaba la semana pasada con los parques de atracciones temáticos Disney, quienes prohíben su uso en las atracciones, porque en alguno ya han tenido que parar las instalaciones porque el famoso palo se cayó o se quedó atascado, y ya no sólo por la seguridad, sino también por el resto de los usuarios que no pueden utilizar estas instalaciones.
La casa Blanca, el Palacio de Versalles, el coliseo romano, el MOMA, o eventos deportivos como la southern 100 (un rally de motos que se celebra esta semana en Reino Unido) son otros sitios en los que también se ha prohibido su uso por razones de seguridad también.
Y razón no les falta aunque todavía no se ha escuchado, afortunadamente, que haya habido accidentes de tráfico por el uso de estos aparatos sí que se han escuchado de otros que por hacerse una foto conduciendo se han estrellado. Aprovecho para recordar que al volante no utilicemos el móvil, por favor.
Al igual que los palos de los selfies con los que podríamos espiar a gente también, aparecen los drones, esos aparatejos que se usan para entre otras cosas grabar acontecimientos, eventos deportivos o llevar mercancía. También ha visto reducido su espacio aéreo.
El hecho de querer grabar e inmortalizar poco a poco se ha convertido en una rutina que puede ocasionar muchos problemas, como el caso de Schumacher quien tuvo el accidente esquiando hace relativamente poco, fue algo que se conoció por todos, sin embargo el problema, dijeron que fue ocasionado por llevar en el casco un soporte para grabar en vídeo por dónde iba esquiando. Lo mejor para estos casos, es no ponerlo en el casco, sino acoplarlo al manillar de la bici, en los esquís, es decir, en algún sitio en el que si hay una caída no perjudique a los elementos protectores que llevamos.
Por último, reflexionar de cuando nos reíamos de los turistas nipones que siempre intentaban inmortalizar los monumentos de nuestras ciudades y llevaban colgadas hasta tres cámaras diferentes, según el tipo de fotografías que hacían. Ahora serán ellos, los que se reirán de nosotros con tanto utensilio para hacer fotografías, y después publicarlas.
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